Tuesday, September 14

Hace como 3 años...



Era hermoso. No podía dejar de ir cada miércoles a ese bar a verlo. Me encantaba, y Edu siempre estaba dispuesto a acompañarme. Tiene los ojos más bonitos que he visto hasta ahora. Grandes, verdes y de mirada fija. Supo que me gustaba, además no me interesaba ocultarlo. Lo primero que hacía al llegar era voltear a su rincón alto, por sobre todos nosotros en el bar, donde trabajaba. En ocasiones estaba en la barra, y Edu tenía que animarme a ir hasta él, y pedirle los tragos. En ocasiones estaba de mesero, o ayudando a recoger los vasos vacíos. Ahí fué cuando platiqué con el las primeras veces. Thomas. Italiano, velludo (como me gustan), piel blanca, cabello obscuro, aunque rapado. Jugaba conmigo, me calentaba los huevos. Nunca me la creí totalmente, sabía que como todo trabajador de bar, mucha gente andaría trás él, y él sabía como jugar este juego muy bien. Sonrisas, agarrones de nalgas, repegones de verga, miradas fijas, o volteadas de cara, si se le antojaba. Un tallón de nalgas, o un saludo en el cachete muy pegado a la comisura de los labios. O ignorarme por completo.

Tenía novio. Su novio era como de mi estatura, aunque bastante mayor. Se veía de unos 50 años. Thomas debia tener unos 37. Una vez ví a Thomas muy interesado en un werito. Estaba monón. Y aproveché cuando salió el wero a fumarse un cigarro, y me fuí trás él. Thomas vió mi intención y no dejaba de zorrearme. Pues más puta me porté. El wero tenía el cigarro en la boca, y yo me puse el mío en la mía y me acerqué a su cara para prenderlo. El wero y yo estábamos muertos de la risa afuera, y Thomas adentro ardido. Fué contraproducente. Ya ni siquiera me saludaba después, y por esto, repetí la hazaña, aunque ahora fué con su novio. Pero aquí salió él e inmediatamente se lo llevó. Equis, la neta, el wey esta mal.

Mi gran noche fué inesperada. Edu estaba obsesionado con un bato con novio, y nunca se despegaban, pero el lo resolvió bien: Darle cariño a ambos. Y una noche de borrachera, ahí estabámos los cuatro abrazados, dando el gran show de la noche: besos de edu para la pareja, de la pareja para Edu, de repente, yo con el novio del que mas le gustaba a Edu. Y toda la gente alrededor, viéndonos, riéndose, gozando y aplaudiendo, como en la escena de Acusados, donde abusan de Jodie Foster, aunque aquí todo era con consentimiento.

Bueno, pues ya hartos de nuestro público, decidimos seguir la fiesta en la casa de estos chicos. Y Thomas estaba en la entrada. Y al salir, me detiene del brazo y me dice "Lluar a nasti boi", y que me planta un besotote. Duramos como unos 5 minutos pegados. Yo me sentí en el cielo. Edu estaba viéndome, y dice que no lo podía creer. Yo tampoco. Fué mi primer y único beso con Thomas, pero esos 5 minutos me hicieron muy feliz.

Tiempo después le escribí un poema, como despedida... Y mi obsesión poco a poco se fué acabando. Ahora lo veo como un buen recuerdo, y siempre es bueno ver a la gente que de una u otra forma quieres, feliz...

En mi insitencia por abrazarte,
mis brazos se expandieron a los confines de las estrellas,
al infinito,
y un frío emergía de tí...

Sentí caer la nieve de tus labios,
la escarcha entre mis dientes,
ni el sol me calentaba con sus rayos aplastantes...

Solo frío,
un recuerdo frío...
Y tus besos que congelaron hasta el último hueso de mi alma...

De repente,
una mirada,
una caricia y me olvido de todo...

Te busco y te encuentro,
me llevas a lugares donde no he estado jamás.

Después siento una red de dedos largos y helados,
acariciando suavemente mi corazón,
siento tu beso de hielo,
y vuelo enmedio de paredes de nieve que me rodean.

Ya no recuerdo mas al Dios Sol calentándome,
renunció a él,
lo cambio por esta llana soledad de tus besos y los míos.

Así, pintando todo de blanco y en el frío infinito me quiero quedar...



1 comment:

Anonymous said...

Recordar es vivir y si la felicidad nos deja un poema, es una felicidad mas duradera

Muy buen relato,
tu fiel lector,
Selvio